Algo tan simple como contemplar una escultura tiene un efecto benéfico en el ser humano, tanto emocional como físico.
El poeta inglés John Keats decía que “una obra de arte es un gozo eterno”. Pablo Picasso, en tanto, aseguraba que “el objeto del arte es quitar el polvo de la vida diaria de nuestras almas”. Y tenían razón. En el último tiempo han proliferado las investigaciones acerca de cómo ser felices (incluso existe en Dinamarca un Institutos para la Búsqueda de la Felicidad) y todas coinciden en el poder que tiene el arte al respecto.
“La cultura nos brinda un espacio de reflexión personal, placer de estar en este lugar. También se le asocia a mayor bienestar, calidad de vida, cohesión social, valor identitario y patrimonial, e incluso a efectos positivos en la salud”, explica Angélica Gellona, directora de Fundación Actual.
Agrega que la neuroestética —la corriente que investiga la activación cerebral al momento de consumir cultura— ha comprobado que las personas que van a un museo o pasean por lugares públicos donde existen expresiones artísticas, son más felices que las que no lo hacen.
Asimismo, el hecho de sentir y emocionarse al contemplar una obra de arte podría mejorar el rendimiento académico, los empleos y las condiciones diagnosticadas como Alzhéimer y depresión.
De hecho, un estudio de la Universidad de Montreal otorgó 50 pases para que los doctores recomendaran visitar el Museo de Bellas Artes de esa ciudad. Es decir, los facultativos “recetaron cápsulas de arte” para mejorar la salud mental de sus pacientes y los resultados fueron asombrosos.
Cuando miramos una obra de arte, fijamos nuestra atención en dicha obra y olvidamos los sufrimientos y la ansiedad”, manifestó Hélène Boyer, vicepresidenta de los Médicos Francófonos en Canadá.
La explicación científica tras este experimento fue que al visitar un museo se liberan las mismas hormonas que cuando se realiza ejercicio. Al mismo tiempo, es una actividad que relaja y produce placer, ya que estimula áreas cerebrales que activan la dopamina, sustancia que genera bienestar.
En tanto, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Drexel (Estados Unidos) estableció el impacto positivo de la música contra los efectos secundarios de los tratamientos por cáncer.
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Semir Zeki, experto en neurobiología y neuroestética del University College de Londres (Reino Unido), demostró que contemplar una bella obra de arte produce en tan sólo 10 segundos un aumento inmediato del flujo sanguíneo en zonas del cerebro relacionadas con el placer.
A su vez, Enzo Grossi, profesor de la Universidad de Bolonia, concluyó que el nivel de cortisol (la hormona vinculada al estrés) disminuye significativamente al contemplar de cerca obras artísticas.
“En estos tiempos, el estrés nos ha golpeado fuertemente. Por esta razón, las personas tienden a buscar espacios naturales o con una estética que pueda tranquilizar sus mentes. Así, el estar en contacto con distintos tipos de manifestaciones artísticas, puede ayudar a la tranquilad psicológica de las personas”, asegura Claudia San Martín, Psicóloga y Psicoterapeuta de Andespsi.
Agrega que también es muy importante que en nuestras casas nos encontremos con elementos que puedan ir tranquilizándonos. “Los arquitectos pueden ayudar, y más aún, si es que además de ocuparse de las necesidades prácticas de las familias que habitan los espacios, también se preocupan por sus necesidades psicológicas y espirituales. Por ejemplo, colocando en un área común una fuente de agua, una escultura, un cuadro, un jardín amplio y armoniosamente diseñado pueden ayudar a un mayor bienestar de las personas”.
Otros beneficios que originan el estar en contacto con el arte, son la motivación personal y la mejora de la autoestima. Sin olvidar, que estimula la imaginación y creatividad. Según estudios psicológicos, el arte activa el cerebro y le obliga a encontrar soluciones diferentes de resolver un problema. Esto se consigue tanto realizando actividades artísticas, como admirándolas.
Lo cierto es que, en esta permanente búsqueda del ser humano por lograr la felicidad, se ha comprobado que uno de los medios para lograrla es a través de la admiración de expresiones artísticas.
Artículo de Gabriela Correa, Actualizado